¿Cómo podemos identificarnos con una adolescente de doce años que quiere incendiar el edificio de departamentos donde vive? ¿Cómo hacerlo, de igual forma, con la portera del complejo de departamentos aristocráticos de París en donde vive dicha adolescente? ¿Y cómo sentir la manera de pensar y vivir de un hombre culto japonés llamado Kakuro Ozu, vecino de la portera y de la joven? Sólo a través de la magia de la filosofía hecha novela. Sólo a través de la narrativa magistral de la escritora francesa Muriel Barbery.
La elegancia del erizo es una novela de 364 páginas, traducida del francés al español por Isabel González-Gallarza y publicada por la editorial Seix Barral. La novela ha sido todo un fenómeno editorial en Francia y su título original es L’élégance du hérisson. Este libro no es el primero de la autora, pero sí el que la catapultó como una de las autoras más leídas en al menos 30 países.
¿Cómo comenzar a describir la historia? La narración nos lleva por recovecos que van desde los pensamientos de Paloma, personaje principal de esta historia, hasta los pensamientos de la señora Michel, portera del edificio. A lo largo de las páginas conocemos las reflexiones y la manera tan peculiar de ver el mundo por parte de ambos personajes.
Paloma se encuentra en un momento absurdo en su vida, bañada de sinsentido dentro de una familia aristocrática francesa. Por su parte, la señora René Michel conoce su condición de trabajar como portera, y vive su día a día sólo como eso, incluso se muestra ante los demás como un ser ignorante y carente de emociones. Sin embargo, es un personaje extremadamente culto que gusta de leer a autores rusos como León Tolstói.
Lo interesante del libro no es la historia en sí, porque sabemos desde los primeros capítulos quién es Paloma, conocemos a su familia, a René Michel y a los vecinos que viven dentro del complejo de edificios. Lo interesante es leer, percibir y descubrir cómo la autora describe y concatena la vida de los personajes, sus pensamientos, reflexiones y cómo todo esto da paso al pensamiento filosófico que define como “ideas profundas del diario del mundo”.
Cómo se cuenta la historia es una de las cuestiones más interesantes que yo rescataría de este libro. De igual forma, cómo se entrelaza la amistad entre una adolescente de doce años y una portera de 54 que comparten ideas políticas, de vida, de libros, de experiencias.
En este libro encontramos poesía, filosofía, reflexiones y soliloquios de la manera de ser de cada uno de los personajes esenciales de la historia, así como una combinación de las culturas francesa y japonesa, al aparecer el personaje de Kakuro Ozu, casi al final de la novela. Personaje esencial en la vida de René y Paloma.
Como su nombre sugiere, el libro está escrito con una elegancia impecable y se encuentra listo para ser leído por aquellos que lo sepan apreciar. Considero que no es un libro sencillo debido a todo el contexto social e histórico que maneja, pero sí es un libro que se debe digerir poco a poco, como la poesía y la filosofía. Es un libro para pensar.
Creo que podría ser leído por jóvenes mayores de 16 o 17 años que aprecien, valoren y gusten del pensamiento reflexivo que ofrece los primeros acercamientos al quehacer filosófico.
Para conocer el inquietante misterio del título hay que acercarse a leer. Llegar a la página en donde describe el por qué la señora René es como un erizo y, a su vez, haber contemplado la narrativa viva que el libro nos revela poco a poco para conocer por qué lleva ese apelativo.