No existe razón que explique
el placer que inspira observarte
aquellas curvas, ya exploradas por mi boca,
incitan a la mordida prohibida.
Pienso dónde dejaré la próxima marca
llena de deseo, de satisfacción
sumerjo mi rostro en tus dulces jugos
inhalo tus fragancias y saboreo tu piel.
Te vuelves aquella experiencia sublime
que seduce todos mis sentidos
vuelvo a mirarte
ahora, nada me diferencia de un animal
ahora, dejo fluir mis instintos
mientras mis labios recorren tu cuerpo
y cuento, sin mucha atención,
los lunares que tantas veces miré
Una y otra vez dejo cicatrices
una y otra vez te hago mía
una y otra vez he de alejarme
para volver a contemplarte.
¿Dónde dejaré el dulce nuevo beso
que abre el apetito?