Por estos días la implementación del nuevo bachillerato en el Sistema de Educación Media Superior de la Universidad de Guadalajara nos trae vueltos locos en cursos y actividades cuya finalidad es prepararnos para el aluvión de cambios que se avecinan.
Una de esas actividades nos pareció relevante para indagar en los intereses y percepciones de los jóvenes sobre su tránsito por el bachillerato. Consiste en aplicar un cuestionario de tres preguntas abiertas:
Como dicha encuesta se aplicó a un grupo de primer semestre, resaltó el hecho de que su orientación en este sentido estuvo un poco dispersa. En otras palabras, la mayoría no tiene claro para qué estudia o qué rumbo tomará su futuro. De igual manera, respuestas similares aparecieron en las tres preguntas, por lo cual no se pueden abordar y explicar tal como se presentaron.
Por tanto, una vez revisado el material entregado por los estudiantes, procedimos a ordenarlo en función de sus coincidencias. Destacamos en primer lugar las respuestas recurrentes, a continuación nos enfocamos en aquellas que consideramos relevantes para ahondar en sus intereses y aspiraciones, las cuales también nos ayudarán a desarrollar herramientas de apoyo para calibrar el estado emocional de los jóvenes, permitiéndonos incidir de manera más integral en su formación.
Luego de presentar las respuestas, realizaremos algunas consideraciones, a manera de conclusión que, esperamos, nos permita acercarnos de manera más adecuada al sentir y a las aspiraciones de los estudiantes.
Las respuestas más recurrentes (correspondientes a más del 80%) se enfocaron en su futuro inmediato, el cual, presentado en términos generales, se resume en sus aspiraciones de obtener un título y llegar a la universidad (una observación: incluso muchos profesores cometen el error de confundir el ingreso a una licenciatura con el acceso a la universidad: al ser bachilleres ya son estudiantes universitarios).
Tal cuestión se plantea más bien en términos burocráticos, como un mero trámite para alcanzar un fin; en este sentido también refieren que están en la prepa para “tener los papeles (certificado) necesarios para (ingresar a) la universidad” o simplemente aspiran a terminar sus estudios de educación media superior. En este sentido llama la atención que apenas tres de ellos (menos del 5%) manifestaron su interés de considerar estos estudios como un paso indispensable para estudiar un doctorado.
El siguiente rubro con más respuestas se refiere al campo laboral, el cual se mencionó de diferentes maneras. Alguno de los jóvenes expresó, por ejemplo, que le gustaría aprender lo necesario para superar con éxito entrevistas de trabajo.
Se menciona su anhelo por acceder a mayores oportunidades de trabajo. Este se espera que se apegue a las siguientes características: bien remunerado, fácil, estable, decente, digno. Aspiran, en síntesis, a tener “un buen trabajo”, con todos los matices que ello implica.
Durante su paso por el bachillerato esperan que sus estudios les proporcionen las facilidades para cumplir con los requisitos mínimos de trabajo; buscan “cualquier cosa” que les sirva laboralmente y aspirar a ingresar a “una buena carrera” (este detalle específicamente lo mencionaron poco más del 20% de los jóvenes).
En cuanto a la relación entre sus estudios y el campo laboral pretender encontrar un trabajo relacionado con su área profesional, así como que les proporcione facilidades “para no tener problemas económicos graves” y que se refleje en su nivel de vida y en su desenvolvimiento en el medio social. En particular, pues, destacan su anhelo por alcanzar estabilidad económica, convertirse en sujetos emprendedores, tener su propio negocio (5%) e incluso uno de ellos especificó su deseo de “comprarme un carro deportivo”.
El tema de los valores, con diferentes matices y enfoques (aunque no queda claro el sentido en que lo toman), abunda en sus respuestas: buscan superarse en la vida, seguir adelante, llegar lejos. Insisten en este punto: “Quiero ser algo en esta vida”. Destacan la importancia de su desarrollo personal y profesional, su capacidad en la toma de decisiones, de ser independiente y asumir y enfrentar sus responsabilidades.
Específicamente mencionan cuestiones como el respeto, la disciplina, la necesidad de establecer una buena comunicación con las personas, socializar, aprender sobre la vida (en particular uno de ellos menciona “mi cuerpo”), establecer amistades, una comunicación afectiva, ser pacientes y tolerantes, constantes, responsables, vivir “buenas experiencias”. Incluso señalan su interés por aprender a organizar bien su tiempo, sus tareas y hasta sus finanzas. No falta quien expresa su interés por “dejar de ser distraído”.
Muchos de ellos enfocaron sus respuestas en relación con su vida cotidiana, y en general con cuestiones de tipo pragmático, en otras palabras, cómo su estancia en la prepa les permitirá identificar y enfrentar de manera adecuada situaciones de todos los días.
Buscan cumplir sus metas, continuar o concluir sus estudios, lo cual les abrirá “más puertas en la vida”. Con sus estudios esperan alcanzar un buen estilo de vida, y están convencidos de que en un futuro sus estudios serán de gran ayuda y les permitirá construir un buen futuro, una buena economía.
Creen que aprenderán “lo básico, lo necesario, todo lo que sea útil y que me sirva para entrar a la universidad”, así como “lo esencial para la vida cotidiana”. Sus estudios, consideran, son fundamentales para llevar una vida sin complicaciones, y específicamente les gustaría saber “sobre impuestos, cómo comprar una casa”, que tales conocimientos tengan aplicación en su vida, y aceptan “todo lo que me empape de información, todo lo necesario, cosas académicas que me sirvan durante mi carrera y en la vida”.
En este punto nos gustaría destacar las respuestas de tres jóvenes que, con toda honestidad, reconocieron que estudiaban la prepa porque “me obligan mis papás”, e incluso que lo hacían porque habían enfrentado la disyuntiva de “si no estudias, entonces tienes que trabajar”. Cuántos de los encuestados, cabría preguntarse, se encuentran en esta situación, pero por alguna razón no la incluyeron entre sus respuestas.
De igual manera, subrayamos el detalle de que apenas dos de ellos mencionaron que su paso por la escuela tiene un sentido vocacional: “Quiero saber qué me apasiona; quiero trabajar en lo que me apasiona”.
Entre las respuestas menos frecuentes o específicas, destacamos aquellas que enfatizan la importancia del estudio en sí mismo. Para ellos, estar en la prepa les permitirá ser más inteligentes y obtener más y mejores conocimientos. Explican: “Amo aprender cosas nuevas, aprender de manera creativa, quiero conocer más sobre literatura, tecnología, robótica e informática”. Junto con el “buen aprendizaje” pretenden un “buen manejo de mis capacidades, conocer métodos eficaces para obtener buenos resultados”; otros más mencionan que aspiran a obtener buenas calificaciones e incluso una beca y ser buenos en su carrera.
Muy pocos mencionaron su intención de ejercer su profesión, estudiar y trabajar en lo que les gusta y “llegar a lo que quiero ser”.
Sólo cinco estudiantes tienen definida su carrera (dos en medicina, uno en informática, en ingeniería en mecatrónica y en enfermería).
Hay menciones particulares sobre la familia. Uno señala que aspira a “ser mejor que mi hermano”, otro quiere terminar una carrera y tener un trabajo para “cuidar a mi abuelita”, y uno más subraya su anhelo de formar una familia.
Ya mencionamos que las respuestas corresponden a estudiantes de primer semestre. Es obvio que si estas mismas preguntas se hubieran planteado a alumnos de semestres más avanzados el diagnóstico sería otro. De cualquier manera, estas notas sirven como recomendación para los docentes en el sentido de proporcionar una orientación más adecuada a los jóvenes que apenas incursionan en la educación media.
No cabe duda de que su medio social contamina su perspectiva sobre la educación. Todo gira en torno a carreras de prestigio, a la meta de alcanzar trabajos bien remunerados y buscar suplir, principalmente, las necesidades materiales (como asentamos, incluso uno de los jóvenes incluyó como una de sus aspiraciones la adquisición de un vehículo deportivo); muy pocos pusieron el énfasis en el gusto de aprender.
Por sus respuestas, detectamos su dificultad para relacionar el fin con los medios; su propósito, por ejemplo, es obtener un título y ejercer una carrera bien remunerada, pero no les parece relevante esforzarse, es decir, disciplinarse en los estudios, cumplir con sus responsabilidades académicas, preocuparse por aprender y obtener buenas calificaciones. Mencionamos este detalle porque, como profesores de los estudiantes, conocemos sus respuestas y las relacionamos con su desempeño hasta el momento en el salón: muchas veces ni siquiera asisten a clases, o cumplen apenas con sus obligaciones o de plano no entregan trabajos.
La vaguedad en la respuesta de la pregunta 2 indica que no saben qué están obligados a aprender. Por ello, nuestra responsabilidad como profesores debería encaminarse a enfatizar el perfil de egreso y la importancia de trabajar en áreas como idiomas, comprensión lectora y razonamiento lógico-matemático, indispensables para obtener buenos resultados en el examen de ingreso a la facultad.
La prepa, para muchos de ellos, sólo es una estación de paso, un trámite que deben cubrir para su siguiente meta: la obtención de documentos, preparación para el examen de ingreso a la carrera, por ejemplo. Habría que trabajar para que los jóvenes reconocieran la trascendencia del aprendizaje, de la lectura, como lo expresan unos cuantos (menos del 5%) de ellos. Que el anhelo de esta minoría se vuelva contagioso.
Señalemos, por último, que como docentes conocemos a nuestros estudiantes (los años de experiencia nos permiten este acercamiento) y tenemos una idea de lo que piensan, de sus aspiraciones, a través de lo que ellos mismos nos comparten y, sobre todo, por su comportamiento; pero un ejercicio como el presente resulta valioso y enriquecedor porque nos permite conocerlos de manera más particular, íntima y cercana.
Ricardo Rojas Ayrala Argentina
Liliana Gámez
Ramón Gil Olivo
Margarita Hernández Contreras
Martha Lucía Lombana Colombia
Alberto Martínez-Márquez Puerto Rico
Luis Rico Chávez