En las ediciones 7, 9 y 10 de www.agora127.com mencioné que uno de los objetivos más importantes que se plantean en los programas de educación básica, para favorecer el desarrollo del ser humano, es el de adquirir la capacidad para expresarse por medio del lenguaje escrito.
Asimismo, comenté que es tarea de los maestros enseñar estrategias que permitan a los alumnos adquirir el mecanismo de la escritura para comunicar mensajes claros, precisos y correctos; y que a esto debe agregarse el que los alumnos también sean capaces de expresarse en forma creativa; y que por lo anterior debemos enfocar la expresión escrita desde dos perspectivas: por un lado la expresión escrita formal, funcional, práctica y utilitaria; por otra parte la expresión escrita creativa, imaginativa, innovadora.
Sin embargo, muchas veces creemos o sentimos que lo que estamos escribiendo no manifiesta con toda precisión lo que pensamos. Tenemos clara una idea, sabemos lo que deseamos transmitir y, a pesar de ello, en ocasiones no resulta fácil hacerlo. ¿Por qué? La razón es simple: nos cuesta trabajo expresarnos por escrito porque no sabemos redactar.
Y señalaba que, como primer paso para superar este obstáculo, tenemos que aprender a leer para aprender a escribir.
En resumen, el aprendiz de escritor debe aprender a desarrollar buenos procesos de escritura, pero antes, debe aprender a leer atentamente y ser capaz de ubicar y comprender las ideas más importantes que se plantean en un texto, es decir, debe mejorar su capacidad de comprensión lectora. Y esto solo se logra aplicando alguna técnica de lectura, por ejemplo la del árbol de Júmex, la cual veremos en esta ocasión.
La clasificación de las ideas
En aprendiz de escritor debe aprender a desarrollar buenos procesos de escritura, pero antes debe aprender a leer atentamente y ser capaz de ubicar y comprender las ideas más importantes que se plantean en un texto, es decir, debe mejorar su capacidad de comprensión lectora, debe aprender a leer como escritor. Y esto solo se logra aplicando alguna técnica de lectura.
Cuando leemos o cuando escribimos manejamos ideas, a través de las cuales expresamos lo que queremos decir, sin embargo, no todas las ideas tienen la misma importancia, por lo tanto en un texto podemos encontrar: una idea central, ideas principales, ideas secundaria e ideas complementarias.
En sus textos, los escritores manejan todos estos tipos de ideas y es muy importante que como lectores sepamos distinguir la jerarquía entre ellas para comprender mejor lo que nos dice el escritor. En pocas palabras, podríamos decir que la idea central es el tema de la lectura; las ideas principales son las ideas más importantes que desarrolla el autor y se desprenden de la idea central; las ideas secundarias son las que nos amplían la información o nos proporcionan detalles acerca de las ideas principales; las ideas complementarias son aquellas que adornan o complementan a todas las demás ideas.
Como ya mencioné, para identificar los diferentes tipos de ideas que se plantean y lograr la comprensión del texto, ayuda mucho utilizar alguna técnica de lectura, enfocándonos en las ideas principales.
Hay una técnica de lectura muy sencilla, a la que yo llamó el árbol de Júmex, que nos permite encontrar la jerarquía de las ideas dentro de un texto.
El árbol de Júmex
Si hiciéramos un dibujo en el cual representáramos los diferentes tipos de ideas que aparecen en un texto (central, principales, secundarias y complementarias), lo más parecido sería un árbol (el árbol de Júmex).
¿Te quedó claro?
¡Es tu turno!
Bueno, ahora es tu turno de poner en práctica esta sencilla técnica de lectura.
Para facilitar la aplicación de esta técnica te sugiero que elijas un texto corto (2 o 3 cuartillas) y vayas leyendo párrafo por párrafo, es decir, lee un párrafo, haz una pausa y pregúntate: ¿de qué o de quién me hablan en este párrafo? Lo más seguro es que tu respuesta sea la idea principal de ese párrafo. Subraya esa idea y lee el siguiente párrafo, repitiendo la operación, pero ten presente que en un párrafo puede haber más de una idea principal.
Al terminar de leer de esta manera, con las ideas subrayadas puedes elaborar un cuadro sinóptico que te ayudará a tener una visión clara de las ideas más importantes que se plantean en la lectura.
El paso siguiente es redactar un resumen, un informe, una reseña, etc., con el contenido del texto leído, pero eso lo veremos en la siguiente edición de Ágora.
Recuerda que aprender a leer como escritores (comprender lo que se lee), es el primer paso para aprender a escribir de manera correcta y creativa.
Nos leemos en la próxima.
Luis Rico Chávez
Francisco Cobián | Juan Manuel Ruiz
Juan Castañeda Jiménez
Juan Manuel Ortega | Yésica Núñez
Dolores García Pérez