En nuestro tiempo la necesidad de perfección es demandante. Los miedos a las amenazas exteriores han sido más prominentes, como ya lo vivimos con el virus H1N1, después de iniciar una campaña de prevención, rápidamente fue una supuesta pandemia y México quedó ante el mundo como un país enfermo y de alto riesgo.
El miedo a enfermedades “raras”, a los parásitos, etc., es aprovechado y se promueve sutilmente la venta de productos de limpieza (específica para esa amenaza) y medicamentos de las grandes empresas. Tras varias décadas el trastorno obsesivo compulsivo ha ido en aumento. Nadie quiere ser vulnerable, todos quieren sentir control.
En algún momento todos podemos presentar conductas obsesivas o compulsivas consideradas “normales”, como dudar si se dejó carrada la ventana, o tener la casa limpia al dar la bienvenida a un nuevo hijo por miedo a que se enferme. Para que estas conductas se cataloguen como trastorno consideramos la incapacidad para controlar estos pensamientos. En otras palabras, el trastorno controla a la persona; al sentirse forzada a realizar ciertas acciones y pensamientos, pierden su libertad.
Este trastorno se caracteriza por obsesiones relacionadas con la prevención de peligros y producen ansiedad, culpa o pánico, sobre la contaminación, enfermedad, violencia, muerte, destrucción, desorden, asimetría; y las compulsiones son comportamientos difíciles de controlar y fuerzan a la persona a realizarlos de manera repetitiva, prolongada y hasta como acciones refinadas.
Estos pensamientos siempre están presentes, manifestándose de forma progresiva luego de alguna situación de estrés excesivo. Al sentir miedo la persona trata de controlarlo a través de rituales. Destruye la funcionalidad en la escuela, trabajo, casa y familia; estas resistencias debilitan a cualquier persona.
Algo muy importante es que este trastorno no se hereda, sino que se aprende de las personas que son importantes para nosotros.
En la actualidad la utilización de técnicas psicoterapéuticas son muy eficaces para modificar estas ideas y acciones, y puede ir de la mano con tratamiento farmacológico.
Evitemos prolongar este trastorno acudiendo a un tratamiento adecuado, por sí solo no desaparece, los especialistas en la salud mental como psicólogos y psiquiatras son los expertos.