Carlos Drummond de Andrade

O sentimento do mundo

Carlos Drummond de Andrade Brasil

Traducción Andrea Avelar Barragán

Canção do berço

O amor não tem importância.
No tempo de você, criança,
uma simples gota de óleo
povoará o mundo por inoculação,
e o espasmo
(longo demais para ser feliz)
não mais dissolverá as nossas carnes.

Mas também a carne não tem importância.
E doer, gozar, o próprio cântico afinal é indiferente.
Quinhentos mil chineses mortos, trezentos corpos
[de namorados sobre a via férrea
e o trem que passa, como um discurso, irreparável:
tudo acontece, menina,
e não é importante, menina,
e nada fica nos teus olhos.

Também a vida é sem importância.
Os homens não me repetem
nem me prolongo até eles.
A vida é tênue, tênue.
O grito mais alto ainda é suspiro,
os oceanos calaram-se há muito.
Em tua boca, menina,
ficou o gosto do leite?
ficará o gosto de álcool?

Os beijos não são importantes.
No teu tempo nem haverá beijos.
Os lábios serão metálicos,
civil, e mais nada, será o amor
dos indivíduos perdidos na massa
e só uma estrela
guardará o reflexo
do mundo esvaído
(aliás sem importância).

Canción de cuna

El amor no importa.
En tus tiempos, niñita,
una simple gota de aceite
poblará el mundo por inoculación,
y el espasmo
(demasiado extenso para ser feliz)
ya no disolverá nuestras carnes.

Pero tampoco la carne importa
y doler, gozar, el propio canto al final es indiferente.
Quinientos mil chinos muertos, trescientos cuerpos de novios sobre la vía férrea
y el tren que pasa, como un discurso, irreparable:
todo sucede, niña,
y no importa, niña,
y nada se queda en tus ojos.

Tampoco la vida importa.
Los hombres no me reiteran
ni me prolongo hasta ellos.
La vida es sutil, sutil.
El grito más fuerte es todavía suspiro,
los océanos enmudecieron hace mucho.
En tu boca, niña,
¿quedó el sabor a leche?
¿Quedará el sabor a alcohol?

Los besos no importan.
En tus tiempos ni habrá besos.
Los labios serán metálicos,
cívico y sólo eso, será el amor.
dos individuos perdidos entre las masas
y sólo una estrella
guardará el reflejo
del mundo deshecho
(que, además, no importa.)

Mundo grande

Não, meu coração não é maior que o mundo.
É muito menor.
Nele não cabem nem as minhas dores.

Por isso gosto tanto de me contar.
Por isso me dispo,
por isso me grito,
por isso freqüento os jornais, me exponho cruamente nas livrarias:
preciso de todos.
Sim, meu coração é muito pequeno.
Só agora vejo que nele não cabem os homens.
Os homens estão cá fora, estão na rua.
A rua é enorme. Maior, muito maior do que eu esperava.
Mas também a rua não cabe todos os homens.
A rua é menor que o mundo.
O mundo é grande.

Tu sabes como é grande o mundo.
Conheces os navios que levam petróleo e livros, carne e algodão.
Viste as diferentes cores dos homens,
as diferentes dores dos homens,
sabes como é difícil sofrer tudo isso, amontoar tudo isso
num só peito de homem... sem que ele estale.

Fecha os olhos e esquece.
Escuta a água nos vidros,
tão calma, não anuncia nada.
Entretanto escorre nas mãos,
tão calma! Vai inundando tudo...
Renascerão as cidades submersas?
Os homens submersos - voltarão?
Meu coração não sabe.

Estúpido, ridículo e frágil é meu coração.
Só agora descubro
como é triste ignorar certas coisas.
(Na solidão de indivíduo
desaprendi a linguagem
com que homens se comunicam.)

Outrora escutei os anjos,
as sonatas, os poemas, as confissões patéticas.
Nunca escutei voz de gente.
Em verdade sou muito pobre.
Outrora viajei
países imaginários, fáceis de habitar,
ilhas sem problemas, não obstante exaustivas e convocando ao suicídio.

Meus amigos foram às ilhas.
Ilhas perdem o homem.
Entretanto alguns se salvaram e
trouxeram a notícia
de que o mundo, o grande mundo está crescendo todos os dias,
entre o fogo e o amor.

Então, meu coração também pode crescer.
Entre o amor e o fogo,
entre a vida e o fogo,
meu coração cresce dez metros e explode.
- Ó vida futura! Nós te criaremos.

Mundo grande

No, mi corazón no es más grande que el mundo.
Es mucho más pequeño.
En él no caben ni siquiera mis dolores.

Por eso me gusta tanto contarme
por eso me despojo
por eso me grito
por eso recurro a los periódicos, me expongo cruelmente en las librerías
los necesito a todos.
Sí, mi corazón es muy pequeño.
Ahora me doy cuenta de que no le cabe la gente
la gente está acá afuera, está en la calle.
La calle es enorme. Grande, mucho más grande de lo que esperaba.
Pero tampoco en la calle cabe toda la gente
la calle es más pequeña que el mundo.
El mundo es grande.

Tú sabes lo grande que es el mundo.
Conoces los navíos que llevan petróleo y libros, carne y algodón.
Viste los diferentes colores de la gente.
Los diferentes dolores de la gente.
Sabes lo difícil que es sufrir todo eso, amontonar todo eso
sólo en el pecho de un hombre… sin que estalle.

Cierra los ojos y olvida.
Escucha el agua en los vidrios
tan tranquila. No anuncia nada.
Mientras se escurre entre las manos
¡tan tranquila! va inundando todo…
¿Renacerán las ciudades vencidas?
¿Los hombres olvidados volverán?
Mi corazón no lo sabe.
Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón.
sólo ahora descubro
lo triste que es ignorar ciertas cosas.
(En la soledad individual
olvidé el lenguaje
con el que las gentes se comunican)

En otro tiempo escuché a los ángeles.
las sonatas, los poemas, las patéticas confesiones.
Nunca escuché la voz de las personas
En realidad soy muy pobre

En otro tiempo viajé
a países imaginarios, fáciles de habitar.
Islas sin problemas pero agotadoras y que incitaban al suicidio.

Mis amigos visitaron las islas.
Las islas pierden al hombre.
Sin embargo, algunos se salvaron y
trajeron la noticia
de que el mundo, el gran mundo, está creciendo todos los días
entre el fuego y el amor.

Entonces, mi corazón también podría crecer.
Entre el amor y el fuego,
entre la vida y el fuego,
mi corazón crece diez metros y explota.
—¡Oh, vida futura! nosotros te crearemos.