Trillados pensamientos y memes creativos
circulan en las redes sociales en la pandemia:
“Deja los recuerdos empobrecidos en el tiempo”
“No desgastes las etéreas cúpulas del porvenir”
En cambio
“Disfruta el hoy con la avidez del náufrago”.
Pero yo difiero y expongo:
mi amorosa y longeva madre,
¿qué piensa?
¿Cómo sortea la ensordecedora dolencia?
¿Cómo enarbola su fragilidad?
Es ella quien crea la pócima
al orbitar su existencia en la lejanía,
en la elocuencia de su mirada,
vencedora de las opiáceas córneas
hacia anécdotas alborozadas,
con vínculo a glorias
de lozanía y candidez.
Su epicentro
la ciudad de José Guadalupe Posada
(y su garbancera catrina),
otrora tierra de vides,
que enjugó las manos de la niña-mujer
cubrió sus desnudas raíces
y un día,
cuando el Creador
reclame su espíritu,
ella
suspira con fervor: sus sedimentos
fertilicen allí mismo
generosos renuevos.