Cada hombre privado de su libertad
es un hombre que anhela recobrar su identidad.
Personajes:
La negra Kanka y Coro (Blanca Garduño)
El negro Lorenzo y Oficiante (Jaime Cruz)
Nazare (mujer joven) y Coro (Gaby García)
Bangda1 y Coro (Elvia Velasco)
Mujer blanca (Norma Muñoz)
Despojados de todo (de sus dioses y creencias, de su relación mística con la tierra, de su libertad) los negros esclavos que llegaron al Perú en el siglo XVI, no eran tan diferentes de los propios indios nativos, ni difieren de grupos minoritarios actuales. Siempre dependientes de algún amo, pero resistiendo siempre, anhelando siempre y luchando por la identidad y la equidad. Zambuka nos remite a nuestra propia esclavitud y es también un aliento para seguir en el anhelo.
Creación y dirección del Colectivo Cultural Seis, integrado por Blanca Rosa Guadalupe Garduño Pulido, Jaime Francisco Cruz Ramírez, Gabriela García Reyes, Norma Concepción Muñoz Sánchez y Elvia Rosa Velasco Covarrubias.
Aula cibernética de la Universidad Autónoma de Coahuila, 15 de enero de 2011 a las 19:30 horas. Única función
Atardecer lejano. Cielo rojo. Rito mágico. Cirio que alumbra trazos en el suelo. Evocaciones. Tambores. Hechizos cargados de fuerza mágica.
Oficiante. O, malémbe2, malémbe,
malémbe yaya.
O, malémbe, malémbe,
malémbe yaya.
Coro. M… m… m…
Oficiante. Ye3 yé nkánga la njila.
Coro. Ye yé nkánga la njila.
Nkánga lánga.
Oficiante. Nkánga, yo nkánga mundelé
yo nkánga mundéle.
Coro. Nkánga, yo nkánga mundelé4
yo nkánga mundéle.
Noche estival. Aroma y sonidos de lumbre, murmullos y tambores, recortada sobre una baranda la sombra de una mujer evocativa.
Coro. Negros del continente, al Nuevo Mundo
habéis dado la sal que le faltaba:
Sin negros no respiran los tambores
y sin negros no suenan las guitarras.
Cubierta. En susurro.
Mujer blanca. Inmóvil era nuestra verde América
hasta que se movió como una palma
cuando nació de una pareja negra
el baile de la sangre y de la gracia.
La negra Kanka. Me llamo Kanka, que en Perú quiere decir blanca. Quiero mostrarles que mi cultura negra está viva, aunque piensen que está muerta. Viva en mi comida, en mi música, en mi danza y en mi historia. Sin apasionamientos les cuento cómo llegamos los esclavos negros al Perú y nos volvimos con el tiempo negros libertos. Evoco a mi interiorización y recuerdos de mi jerarquía social, mis dioses y mi identidad.
De África llegó mi abuela
vestida con caracoles,
la trajeron lo’ epañoles
en un barco carabela.
La marcaron con candela,
la carimba fue su cruz.
Y en América del Sur
al golpe de sus dolores
dieron los negros tambores
ritmos de la esclavitud.
Coro. Y luego de sufrir tantas miserias
y de cortar hasta morir la caña
y de cuidar los cerdos en el bosque
y de cargar las piedras más pesadas
y de lavar pirámides de ropa
y de subir cargados las escalas
y de parir sin nadie en el camino
y no tener ni plato ni cuchara
y de cobrar más palos que salario
y de sufrir la venta de la hermana
y de mover harina todo un siglo
y de comer un día a la semana
y de correr como un caballo siempre
repartiendo cajones de alpargatas.
Extiende su mirada a la sabana del sotavento, sobre una peña mastica la hierba igual la añoranza se extingue con el crepúsculo. Cuerdas rasgadas.
El negro Lorenzo. Soy yo, que fui saltapatrás y sambo y pardo y mulato y tentealaire, y que sigo siendo en la música, en la palabra, en el color. Abolida la esclavitud se me ha negado reconocerme y así, aún vivo oculto y huido y pintado en tonos de distintos blancos. Soy yo que vivo en Mocambo, que pesco en Mandiga y zapateo el chuchumbé en Yanga.
En Mozambique el zenzontle canta guaracha, canta el querreque y la bamba, para cantar le rezumba.
Coro. Manejando la escoba y el serrucho
y cavando caminos y montañas
acostarse cansados con la muerte
y vivir otra vez cada mañana
bailando con el cuerpo y con el alma.
Corazón mío, para decir esto
se me parte la vida y la palabra
y no puedo seguir porque prefiero
irme con las palmeras africanas
madrinas de la música terrestre
que ahora me incita desde la ventana
Y me voy a bailar por los caminos
con mis hermanos negros de La Habana
y de cortar hasta morir.
Mañana luminosa. Campo florido. Pájaros y el agua hacen canción. Bañando a un bebé.
Nazare. El racismo es una manifestación interiorizada en la conducta nacional, el color de piel morena me remite, irremisiblemente, a una doble vertiente de la segregación: se es moreno, se es negro, quiere decir que se sigue siendo casta y se asocia al menosprecio social y racial. Ser moreno es ser negro o indio es una condición que, en los hechos, es desventajosa en nuestra sociedad donde domina, ridículamente, la idea de supremacía blanca. Aun cuando existe hoy día cierta conciencia del valor de esta tercera raíz, convive y domina la idea de avergonzarse del color de piel. La reivindicación de estos valores provenientes de nuestros antepasados negros pasa por el reconocimiento de la práctica racista que se manifiesta, básicamente, a través de la segregación social y económica.
Crujido. Se corta una rama, se parte, se siembra en la tierra. Muele tabaco, ajo y plantas para untar al niño.
Bangda. Sería posible formar comunidad a partir de la comunidad, a través de un movimiento artístico en nuestras comunidades que ponga el énfasis en la reivindicación de nuestra herencia racial negra: danza, música, tradiciones, técnicas y métodos de trabajo agropecuario, tradición culinaria, de nuestras memorias. Un proyecto de desarrollo cultural parte de un diagnóstico. La gestión encuentra su lugar en conjuntar y mediar para que la comunidad encuentre y valore lo que es preciso hacer y cómo y cuándo ha de hacerse. La planeación y la gestión, la estrategia es, desde el principio, también comunidad.
Amanece como si el mundo amaneciera, la certeza de la noche.
La negra Kanka y el negro Lorenzo. Quiero la vida sin estar en dos mitades partida. Quiero saber de cierto que soy completa/o, que soy libre con o sin decreto. Tengo sueños y memoria, quiero seguir construyendo futuro con ese tabique duro del que está hecha nuestra historia. Quiero dignidad y sentir orgullo cada que amanezca el día y cantar con alegría pa’ los hijos el arrullo.
Coro. En Mozambique el zenzontle canta guaracha
canta el querreque y la bamba
para cantar le rezumba.
Dueño de un trópico ardiente
muere cantando en el llano;
en Tlazintla fue un esclavo
que en religión no creía;
conoció el milagro un día
trovando por Veracruz,
Santiago Tuxtla es la luz
de su cantar pregonero,
de Acayucan fuera arriero
del Toro Zacamandú.
Siembra maíz, plátano y piña
en la ribera y el llano;
siembra caña, coco enano;
sabe escoger la semilla y se escucha a la otra orilla
con voz de aliento entonar:
lo que habrá de cosechar
es un clamor en el viento
que lo empuja el sotavento al otro lado del mar.
Fin
En el espacio cibernético de la Universidad Autónoma de Coahuila, el 15 de enero de 2011 a las 19:30 horas, en el marco de la gestión estratégica se reunieron aproximadamente cuarenta personas para ver la representación de Zambuka, farsa trágica de creación y dirección colectiva. Estuvimos ante la representación de un momento puntual de la historia o quizá en la realidad presente y cercana. Obra que sacude los cimientos de la razón y apabulla los sentimientos. Porque todos, seamos blancos, negros o de cualquier color, en lo profundo de nuestra existencia queremos tener una vida propia y con futuro prometedor.
Una obra para ver y proponer, en estos tiempos flacos, dar alternativas tan necesarias para que los afanes del negro Lorenzo y de Kanka sean realidad.
Esperemos que esta representación pueda repetirse en algún lugar de este planeta.
Los textos del rito inicial fueron traídos de Los bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba, de Fernando Ortiz (Editorial Letras Cubanas, Cuba, 1993). El poema “Negros del continente”, de Pablo Neruda. La canción “Mozambique”, de David Haro, trovador mexicano nacido en el sur de Veracruz.
1 Bangda quiere decir “hombre de conocimiento”. Para efectos dramatúrgicos será mujer de conocimiento, una vieja sabia.
2 Malémbe, en congo, significa con suavidad, gentileza, paciencia, moderación, delicadeza, buenos modales. Yaya es madre, nombre cariñoso que se da también a la “prenda”. Malémbe yaya es una invocación amorosa a la “madre” sobrenatural.
3 Ye es para llamar la atención sobre el rito. Yé nkánga la njila quiere decir amarrar los cuatro caminos, los cuatro vientos o sea los cuatro puntos cardinales, a todo el espacio del mundo.
4 Nkánga, yo nkánga mundelé quiere decir “yo amarro al hombre blanco”.
Víctor Villalobos
Tere Acosta
Adriano de San Martín Costa Rica
Patricia Bañuelos
Raúl Caballero García
Rubén Cárdenas
Gabriel Cerda Vidal
Isaac Daniel Chávez