¿Escuchaste?
Miraba la luna
y fue tu cara la que brilló
Miraba el lago
y tu mano fue la que se asomó
Miraba el cielo
y tus ojos entonces titilaron
Miraba el futuro
y tu nombre fue el que susurré
¿Escuchaste
mi llamado?
Desatornillar
Sacudo el ancla
Deslizo el timón
Las profundidades
que se abren en espejo
son las que surco
Abrazo la brisa
La vela esconde
desatenciones
¿Retorno?
Embrujo
Desliza los dedos
hambriento
Acaricia
sinuoso
lo vulnerable
El abrazo
sorprende
Y es la entrega
la que
se precipita
La guitarra
suena.
Evidencia
Silencio
sueños
hacia la decantación
del sosiego.
Magia
Se esconden
los duendes
con sigilo en la almohada
Baila
vestida de fiesta
la muñeca
frente a la ventana
Gira
el carrusel
Zumban los oídos
La luciérnaga se inmola
en la vela encendida
y acentúa los colores
La madre arropa
al hijo dormido
El libro cae
en el borde de la cama
Desfilan
ante el sueño que
se avecina
los dibujos.
Magnetismo
Sostenida por las hojas
de las despedidas
Contempla alucinada
los vaivenes
No obstante, camina
Y en la cautela
los pies
Recorre
de la lucidez en procura
el hechizo
Y es en la oscuridad del mar
donde se sumerge.
Sigilo
Sentada
en silencio
espera
Los oídos
atentos
a si la puerta se abre
Las manos
entroncadas
y sin prisa
el reloj
La llave
gira
Una sombra
en la puerta
y se miran
En el rostro
se vislumbra
el reproche.
Siluetas
Una sombra de luz
obsoleta
Sale de tu mirada
Un alud de graznidos
felinos
Huyen de tu boca
Una palma
agitada
ampulosa
Pasea por tu brazo
Y la ausencia
de un destello
me acompaña
Dos especies:
solitarias
hambrientas
abrazan su destino.