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Educar en equidad

Tere Acosta


México ocupa uno de los primeros lugares a nivel mundial en violencia de género. Diariamente nos despertamos con noticias de feminicidios, jóvenes y niñas desaparecidas, menores de edad embarazadas, muchas veces a causa de violencia sexual.

Sin la menor duda las mujeres nos sentimos vulnerables, vivimos con miedo, nos unimos en contra de todo tipo de violencia hacia la mujer, hacia las niñas, sea esta verbal, física, psicológica o sexual. Las escritoras afilamos el arma más potente del ser humano: la palabra. La palabra que llegue al oído, a la conciencia de cambiar las circunstancias de lo que nos está tocando vivir.

Más allá de la palabra sería también importante asumir la responsabilidad que tenemos como madres, como profesionales, como pilares de esta sociedad de vivir con respeto a nosotras mismas, respeto que sea modelo para nuestras hijas y para nuestros hijos varones. Dicen que los niños aprenden más de lo que ven, es entonces la oportunidad de impregnar en ellos la idea del papel asertivo y amoroso que jugamos las mujeres en el mundo. La convivencia diaria con mujeres que se valoran, que se respetan y son respetadas, que tienen vida propia, al mismo tiempo que asumen su responsabilidad como madres, jugará un papel vital en el cambio de conciencia de las nuevas generaciones.

En la medida que se observen los cambios en nuestro estilo de vida, en el trato equitativo de madres a sus hijos de ambos sexos, sin privilegios de ninguna especie, en aceptar y ejercer nuestros derechos y deberes, en educar mujeres libres, independientes, hombres respetuosos y resolutivos en las rutinas de la vida diaria estaremos formando seres que vivan en la equidad.

Si bien no podemos evitar las circunstancias de violencia del mundo, la influencia de las redes sociales y los medios que moldean estilos de vida y de pensamiento, si tenemos el poder de hablar, de conversar, de actuar en consecuencia por nuestros hijos desde casa para contribuir al cambio.


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