A Ivar Zapp
Buceador de conocimientos
en las esferas de la vida
2.
Las puertas o ventanas de agua no se perciben en los bosques. Solo el vidente las encuentra. Fluyen y mariposean imprecisas, equidistantes. Y se abren como espejos líquidos a la hora de la siesta. Podemos transponerlas e ingresar para ascender al otro reino. Igual pueden colarse los demonios para nuestro tormento. Por eso hay que dejar el trance a los Poetas. Son ellos quienes descifran sus goznes, sus giros, sus batientes. Ventanas/Puertas, Puertas/Ventanas: Puertos. Entradas y salidas. Cristal de dos aguas, azogue de rocíos.
Por esas aberturas ingresan y parten. Pernoctan. Vigilan. Se esfuman…
Regresarán cuando el Gran Dador las abra de par en par y nos conduzca hacia la otra orilla. Será la anunciada Cuenta Larga. El renacimiento de las aguas, los aires, las selvas y los días.
4.
Tumbas bajas. Tumbas altas. De barro. De piedra. De ventisquero. Custodiadas por las serpientes y el oso hormiguero. Por halcones y el Rey del zopilotero. Tumbas donde descansan princesas, príncipes y chamanes que algún día despertarán como el relámpago para hacer llover sobre las selvas, las sabanas y las colinas deforestadas. Lluvia perpetua. Sus lanzas de hielo castigarán al Gran Toro. Será la guerra florida por el eterno retorno. Los Diablitos danzarán en la cumbre de la cordillera, en las ensenadas, en los linderos de la arena. Danzarán el Sorbón del agua y las estrellas. Lágrimas de sangre renovarán los campos para el alimento de los dioses. El cosmos se vestirá de flores propicias para el arco de la primavera. Y los pueblos de la Tierra se desnudarán agradecidos por el camino de las esferas que conduce al tiempo infinito de los cometas.
De las aguas emergerán ellos, los enviados del cambio en naves de niebla.
5.
Nací en una casa de madera al atardecer cuando las bestias se aprestan al sueño y los aldeanos a la cena con narraciones prodigiosas.
Pero estoy en la calle central de una ciudad un 31 de enero preguntándome qué hace un poeta en la noche encendida por la calle central metropolitana. Tal vez mira el tiempo empozado de los astros o el fulgor primero de la luna que se desgaja entre los Poases, Turrialbas, Arenales, Irazús, Chirripós y los nubarrones del trapicheo climático dentro de museos y canciones.
Vagabundeo. Abundo en situaciones, lances y acontecimientos de otras tardes: una mujer garrapatea en el teléfono la siempre espera, siempre espera… Todo es proceso y porcelana según dicen las reglas. Pero el golpe y la caída se imponen. El aullido y la esperma derrochada. El estar afuera aguardando la celada. Todos contra Nadie en la parada del ómnibus a media noche, con el frío penetrante en los talones y el arrabal de los versos, la pátina de los galerones.
Se trata de lo inverso en la madrugada, lo que retarda el amanecer desde la acera de enfrente con periódicos y cartones de la industria, flecos del comercio después de la parranda, la avaricia, la palmada.
De eso se trata. No de inventos capitales de emprendedores o camisas de fuerza. Ni de maniquíes en las tiendas o en las plazas, pálidos reclutas en los cafés con sus bufandas, sus pasamontañas para no ser reconocidos por las cámaras policiales o en los sucesos del telediario.
De eso y de lo otro, porque nada está seguro aunque sea tu cumpleaños: lo que balbuceamos cuando pretendemos conversar; lo que no se publica; lo incestuoso; lo podrido en los barrios del sur, escondido en los cinemas, agujereado en los rascacielos, en los pasillos del no lugar con sus meriendas de neón, plastilina de las pantallas, silicona de las estrellas, parpadeo de colores, sangre en las letrinas, en los baldes de la buhardilla, en los callejones de basura no recogida por los camiones municipales pero distribuida por todas las ciudades: indiscreta inunda posadas y condominios.
Miles de animales transgénicos o manipulados se sacrifican para alimentar a la bestia, La Gran Bestia que avanza con la venia de tribunales, electores, disertantes… hasta pianistas y cantantes en los ministerios de adobe, o en las alcantarillas. No tiene nombre, no lo tiene. Avanza con la tiniebla de sus pezuñas, las herrumbres de cascanueces tropicales babeantes en las escaleras, las mansiones, los estadios, las academias…
Una señal basta: cientos de miles glorifican la hazaña de convertirnos en guadaña de nuestra propia ejecución anunciada por parlantes y billetes de lotería. No nos reconocemos ni en los cerdos del charco o de los prados ni en las alambradas del pez. Navegamos sin rumbo. No hay capitán sino oficiales galantes del box y la pasarela hacia el naufragio total de las naves y la mansedumbre. Domesticados, dijo el tribuno, como fieras en el zoo. O atrapados en el espasmo de un guion que escribimos y luego olvidamos pero siempre, siempre, interpretamos.
11.
En ningún lugar del Gran Huerto podremos estar seguros. En ningún lugar residirá una tribu de mujeres hartas del humo y del telar. En ningún lugar de la selva, la llanura, el volcán o el gran cañón se verán las estrellas. En ningún lugar del desierto se esconderá la palabra precisa, LA PROMESA. En ningún lugar arderá la zarza como gran secreto o misterio de acechanza. En ningún lugar surgirá el estilo renovador de la escritura. En ningún lugar un grito que nos ubique en el amplio espectro de la circunstancia amarilla. En ningún lugar una ENTRADA, una SALIDA. En ningún lugar encontrarás consuelo. En ningún lugar la lluvia nos empapará como en los sueños. En ningún lugar un protector de galaxias evitará la luz cegadora. En ningún lugar nos espera una muchacha o un mancebo. En ningún lugar arranca el tren de la ausencia para llevarnos a un no lugar. En ningún lugar hay oferta y demanda, solo demencia. En ningún lugar aprendimos lo que debíamos aprender para evitar la catástrofe. En ningún lugar paz ni democracia. En ningún lugar un ejército de maestros en vez de torturadores. En ningún lugar una habitación vacía poblada por los ausentes. En ningún lugar los tres poderes resemantizan lo que es del pueblo por el pueblo y para el pueblo. En ningún lugar te abrazan para siempre. En ningún lugar HISTORIA y Victoria. En ningún lugar REVOLUCIÓN, fraternidad, igualdad, libertad. En ningún lugar de la franja interoceánica un reino de ESPERANZA. En ningún lugar el libro sagrado, la santa comunión, el efecto placebo de la resurrección. En ningún lugar la industria farmacéutica provoca invasiones para la salud del planeta. En ningún lugar IMPERIOS ni despliegue de misiles o aviones imperceptibles. En ningún lugar nos ubican con GPS o intervienen tus llamadas o te rastrea la Guardia Nacional, Civil, Militar, Judicial… En ningún lugar habrá tregua. En ningún lugar una hoguera alrededor del clan reunido para la danza primigenia.
¿En algún lugar florece la POESÍA?
2013
El aroma a lavanda es falso. Mejor dicho, este olor a cultura encubre lo putrefacto. Estamos al borde del primer big bang causado por el hombre. Y nada sucede. O todo fluye incansablemente como los ríos de Manrique. Confiémonos al tiempo entonces poeta. ¡Al tiempo!
Saber que estamos acá desde hace 34,000 años y que el regreso lo podremos registrar con el Kamal del tiempo venidero. Somos el Antiguo Mundo en el Nuevo Mundo inventado por aquellos a quienes llevamos las primeras letras.
Pertenezco a Los Cantantes.
108 veces hemos girado en los 8 círculos de 26 intersecciones por 34,000 años o más alrededor del enorme Árbol de Ceiba, Cruz de la Vida, orientándonos con el Kamal y los Tetrakys desde la caída de Ba-bel.
Hoy quedan 13 que suman 13, 26 letras para conformar los pluriversos del pasado porque ciertamente todo futuro fue mejor.
13 = 10 + 3
En el centro 10 y tres que conforman el Espíritu Santo esférico y perfecto en la piedra.
Arrastramos la Serpiente Emplumada que asesinamos en el Paraíso.
Por eso debemos crear un nuevo decir para desdecir los paradigmas: para decir de nuevo: ¡PARADISO! con las palabras meridianas y paralelas por las rutas estelares de un retorno al verdadero Reino.
¡No debemos avanzar sino buscar el camino del regreso (no hay pro-greso sin retro-ceso) que nos conduzca a la fuente de la lengua pluriversal!
Nuestro deber es construir La Nave que habrá de llevarnos al encuentro de los antiguos Navegantes creadores de las esferas del sur para otear el QAJ y ordenar las vocales sobre el círculo ecuatorial.
El viaje será marcha atrás con la Palabra-Matemática porque hemos llegado al Punto Cero, al comienzo de toda civilización.
La Nave de los números en verso, reverso, disco inverso como manto sagrado de los 8 círculos meridianos en la Gran Esfera Mágica.
En el tablero del Kamal encontraremos la LEI de luces y piedras como el camino de luz que une la tierra y el cielo: cuadrícula exacta con la que el saber primordial organizara el Cosmos.
Llegaremos a la última sílaba, al UL, para regresar de nuevo con los antiguos navegantes NAGA MAYA hasta el PUNTO CERO pero ya desprovistos de las epidemias y poderes que asuelan estas tierras: LU.
Porque la historia igual que nuestras palabras es reversible, circundante, repetitiva.
Y desplegaremos las alas de nuestras naves para navegar por los inmensos mares del retorno hacia nosotros mismos hasta dar con la Mente Original.
Entonces lanzaremos la red de oro a las galaxias y la pesca será abundante:
L
O V
E
Y construiremos la Casa de Cristal con sus 26 habitaciones desde donde observaremos en 64 artes la pequeñez del planeta.
Y encenderemos LA GRAN TOCOLA ampliada cósmicamente como enorme QUETZALCOATL para combinar los números que al fin entonan el amor primordial con sus voces de proximidad.
¡AMEN!
Del libro Todo tiempo futuro (BBB Producciones, San José, 2014).
Rolando Revagliatti
Lucrecio Petra del Real
Raúl Caballero García
Amaranta Madrigal
Julio Alberto Valtierra
Paulina García González
Efraín Franco Frías