A más de cuatro décadas de trayectoria artística, José Fors vuelve a seducir nuestras pupilas con una serie formada por piezas que comprueban la madurez y la calidad discursiva de su obra.
El deseo humano de verse reflejado tiene sus orígenes en las primeras representaciones de la propia figura y de la de otros por medio del retrato, creado con las técnicas tradicionales de la pintura, el grabado y las expresiones tridimensionales de la escultura que, actualmente tienen alcances insospechados gracias a los medios digitales y la inteligencia artificial.
Catorce lienzos de gran formato son el soporte sobre el que Fors nos muestra su oficio y su dominio del dibujo y la pintura. En ellos, el rigor de la academia y el total conocimiento de la anatomía humana dan pie a la libre exploración y al desarrollo de poderosas imágenes que cautivan a nuestros ojos.
Al enfrentarnos por primera vez a estos retratos percibimos que, más allá del principio representativo de la realidad, esos rostros fueron plasmados gracias a un tenso ejercicio entre el macro y el microcosmos.
Esta original exploración visual se vuelve evidente con el manejo de la retícula. Las líneas que se interceptan evocan a los pixeles de las imágenes digitales. Cada sección es una muestra de virtud técnica y discursiva: de forma aislada es una abstracción, pero, vista en conjunto, concreta la imagen de un rostro.
En estas novedosas piezas advertimos el paso del tiempo impreso en la superficie de la piel. Las catorce historias que el artista nos narra no nos dejarán indiferentes. Él va más allá de la epidermis y se adentra en las entrañas de esas vidas… y de su propia vida.
El Museo de las Artes (MUSA) de la Universidad de Guadalajara celebra 45 años de trayectoria de José Fors con la exposición Caragrande, integrada por 14 pinturas al óleo y que podrá apreciarse del 15 de marzo al 12 de mayo de 2024 en las salas 6 y 7, planta alta, del recinto.
Entre las piezas se encuentran el retrato de amigos, colegas artistas, su esposa Vera y su hijo Jack, el único rostro joven de la colección. La idea de encarar profundamente el rostro y sus historias surge de la fascinación de Fors por las imperfecciones.
“Siempre me han fascinado las arrugas, yo ahí siempre veo mucho carácter; cuando nos dejamos ser se nota la paz interna, sobre todo de esas personas que no se hacen nada y toman con orgullo todo lo que han vivido”, declaró Fors.
Esta es la primera vez que Fors crea una colección de pinturas y se dispone a exponerla de manera pública en un museo. “Nunca había hecho una colección, lo intenté muchas veces, pero me aburría o distraía en otros proyectos a medio camino. Esta colección empezó hace siete años, primero con dos piezas y con el tiempo fueron surgiendo las demás”, dijo.
La directora del MUSA, Maribel Arteaga Garibay, expresó que el recibir la exposición Caragrande es un gran honor para el museo, pues este y José Fors forjaron lazos amistosos desde 1994 cuando se integró la colección de la fundación del MUSA y la exposición retrospectiva por sus 25 años de trayectoria.
Sobre las 14 obras expuestas, el coordinador de Artes Plásticas, Visuales y Digitales de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Duarte, compartió que “José, a través de sus pinturas, nos muestra esa gran capacidad de interpretación de la realidad; sobre todo, retrata lo que hay más allá de la epidermis, la entraña, la historia de la vida, lo que hace de cada pieza algo excepcional”.
La exposición estará abierta al público hasta el 12 de mayo próximo para que reflexionen profundamente sobre el ser, la realidad y vean las diversas maneras en que se pueden retratar las entrañas a partir del rostro.