La doctora Pyrrha Gladys Grodman (1915-2014) fue una extraordinaria mujer que, a lo largo de su vida, reunió una considerable cantidad de obras artísticas, mismas que decidió dejar bajo el cuidado de la Universidad de Guadalajara. Integrada por una variedad de autores, de técnicas y de estilos, la Colección Grodman constituye uno de los acervos más importantes del arte que floreció en Jalisco durante la segunda mitad del siglo XX. Estas obras se presentan ahora en el Museo de las Artes en la exposición Ars poetica. Las palabras y las formas en la Colección Grodman.
Desde su juventud, ella cultivó una serie de intereses que revelan su amplia y aguda mente. Aunque su vocación fue la medicina —disciplina en la que destacó como especialista forense—, también desarrolló una sensibilidad particular por la música, la pintura, el teatro y la literatura, dentro de la cual, la poesía fue el género que eligió para expresar sus sentimientos, sus inquietudes y sus anhelos.
En sus poemas volcó toda una gama de emociones que, hoy, ayudan a comprender la compleja trama de su personalidad. Sus composiciones, algunas moduladas en núcleos temáticos, cuentan con títulos que describen aspectos duales de la existencia, como el amor y el dolor o la vida y la muerte. Sin embargo, al leerlos, es evidente que entendía a estas dualidades como complementarias, como las partes que equilibran a un balance necesario y, hasta cierto punto, como las fases de un ciclo inevitable.
Las percepciones plasmadas en sus versos adquirieron una forma plástica en el arte que juntó: existe una clara relación entre sus poemas y las obras que colecciónó. La mayoría de ellas fueron hechas por artistas que se convirtieron en sus grandes amigos, con quienes tuvo intercambios intelectuales muy profundos. ¿Quién inspiró a quién? Es una de las interrogantes que surgen con esta exposición.