El personaje principal en el libro El eterno femenino, de Rosario Castellanos, es Lupita, una chica que está a punto de casarse y acude a un salón de belleza para prepararse para su boda.
Pero, a decir verdad, habría que considerarlo mucho más que como el personaje de esta farsa escrita en 1976. Lupita representa a la mayoría de las mujeres de clase media en la Ciudad de México de los años 70. La flaqueza de este personaje, embestido de turbulencias cotidianas, nos muestra cómo ha cambiado, o no, la manera tradicional de la mujer mexicana de dirigirse en el mundo.
La lectura de los diálogos, repletos de tedio e ironía, nos hace pensar en lo insoportable de ser Lupita: una mujer que espera la llegada a casa de su marido, para después obligarlo a salir para cumplirle sus antojos, con el fin de que el niño no salga con cara de trufa. Una recién casada a quien su propia madre le dice que una señorita decente no disfruta de la noche de bodas… Lupita ha sido educada para disimular su felicidad, si es que la conoce.
El eterno femenino refleja, en tono irónico, de la vida de una mujer encañonada al “hogar feliz”. Una mujer con dos pequeños hijos llamados igual que los progenitores: Lupita y Juanito. Este libro es un golpe brutal de realidad sobre las tareas y la posición que se le da a la mujer en la sociedad.
En sus 204 páginas nos encontramos de pronto a Lupita en un diálogo con la Malinche, sor Juana, la Corregidora, Carlota y la Adelita. El personaje histórico de la Adelita cuestiona si la libertad de Lupita es por la que ella luchó en la Revolución. La respuesta es negativa y el diálogo entre los personajes desata más cuestionamientos.
Este libro es una obra dramática digna de ser representada. En sus últimas páginas Rosario escribe a través de la voz de un personaje: “El autor es una mujer. Si es que ese título puede aplicarse a alguien que carece de decoro y de escrúpulos, a quien reniega de la misión que le ha confiado la naturaleza”.
El eterno femenino me parece una obra literaria indispensable para repensar la posición de la mujer en el siglo XXI.