Homeostasis
El mural expresa la relación entre la vida terrenal y la espiritual. La primera está representada por la parte izquierda de la obra, en donde se encuentra todo lo mundano, lo tangible y lo externo: lo que nos rodea visiblemente en nuestra vida. E independientemente de lo urbano y lo tecnológico, lo asocié más con la naturaleza, ya que esta ha existido incluso antes que el hombre, es lo que nos vincula plenamente con la tierra y nos vuelve parte de ella.
En cambio, a la derecha del mural representa la contraparte, ya que es una realidad que trasciende el mundo físico. Aquí es donde las vibras fluyen y se encuentra la espiritualidad, la esencia de las cosas y de uno mismo; nos encontramos con nuestro verdadero yo en el estado más puro. La espiritualidad existe en nosotros, nos une al universo y nos traslada a algo mágico-cósmico.
La sociedad contemporánea está tan separada del espíritu y envuelta en todo lo tangible y palpable, en todo lo físico, lo que causa que no exista una conexión con nuestro interior. En tiempos pasados, la cultura tolteca tenía una forma de comprensión del universo basada en la dualidad tonal-nahual (tonal hacía referencia al mundo cotidiano y material vinculado a la razón, mientras que el nahual se vinculaba con el espíritu). Estas son dos facetas, dos entidades distintas: el entorno y nuestro cuerpo pertenecen a lo externo y a lo físico, mientras que nuestra esencia y nuestros sentimientos a lo interno.
Cuando estaba realizando esta obra pasaba por un momento de mi vida en el que tenía que encontrar ese balance tras una lucha espiritual, alcanzar un equilibrio a pesar de las transformaciones que afrontaba, recuperar esa condición interna estable: mi estado de homeostasis. En parte es por ello que la persona representada en la obra es una mujer, porque me identifiqué con ella y quise realzar la fuerza femenina universal y el empoderamiento de la mujer. Ella se muestra tranquila, con una expresión de serenidad, existe una armonía con su entorno y se vuelve parte de él. Las telas de su vestido fluyen como el agua, como un río. El viento del universo sopla dentro de nosotros y de aquella mujer; roza su cara y su cuerpo hasta llegar a su larga cabellera que se mueve al compás de él.
Algunos de los símbolos que se pueden encontrar dentro del mural son las mariposas, que al pasar un tiempo como orugas, a través de su metamorfosis, trascienden sus limitaciones terrenales y se elevan a lo alto. Incluso, a lo largo del tiempo, diferentes culturas consideraban a las mariposas como viajeras que, por sus alas tan finamente delgadas, podían pasar de una dimensión a otra: viajaban de la vida terrenal a la espiritual. Otro elemento que se encuentra en el mural son los ruiseñores; durante un lapso de mi vida compartí momentos con una persona especial y el apogeo de nuestra relación coincidió con el tiempo en el que estuve trabajando en esta obra. Desde que lo conocí, vinculé lo nuestro con las alas y con volar; fuimos dos ruiseñores libres, que se encontraron y viajaron un tiempo juntos. Además, en la parte del tonal está ubicado un colibrí dentro de su nido, una preciosa ave que en la cultura azteca era considerado el protector de los guerreros y símbolo del dios Huitzilopochtli (encontrándose en su escudo y casco de plumas); también entre los mayas ocupaba un lugar privilegiado, tomando el papel de mensajero entre los dioses y los humanos.
El tema principal de este mural es la homeostasis, el estado de equilibrio entre el medio externo y el cuerpo, y del cuerpo con el espíritu. El ser humano se encuentra en medio de dos entidades a las que pertenece, ya que el hombre no es únicamente carne ni es únicamente energía, es la suma de estos en la totalidad de uno mismo.
Aislada
Esta obra expresa una postura retraída. Representa el estado del ser humano (encarnado en una mujer) cuando se hace consciente de su propia separatidad, sintiéndose aislada y ajena a la posibilidad de aferrarse a su entorno, al mundo. Es por ello que también se encuentra desnuda, por el sentimiento de vulnerabilidad, de estar expuesta. Le invade la soledad y la angustia antes de poder generar un vínculo que la relacione con los demás humanos y con su entorno.
Magia natural
Magia natural busca expresar la vitalidad del reino animal, su encanto y magia innata, que no se fuerza, sino que es algo que sale de su interior, de su propia esencia. Es también un modo de generar conciencia hacia su importancia y valor en el mundo, ya que el ser humano se ha vuelto tan ajeno a la naturaleza.
Inmarcesible
“Inmarcesible” es una obra alusiva a la belleza; a la de los pétalos que coronan su cabeza, a aquella de su piel, de su cara y su cuerpo. Pero más que eso, representa a aquella belleza interna que perdura, a su esencia que no muere ni se marchita.
Obras incluidas en la galería: