El trabajo de un creador es hacer visibles las cosas que solo podríamos imaginar. El pintor, como creador que es, hace visibles la vasta imaginación y los sentimientos que puede contener un ser en su vida, y con suerte, él podrá encontrar que en su visión se ocultan tantos significados para aquellos que observan atentamente, provocando creer en cosas más allá de lo que se ve a primera vista. Creer no es fácil cuando se divulga acerca de una realidad donde las sillas flotantes, el agua que desafía la gravedad y paraguas para volar son realidad. Pero lo anterior es solo una parte del mundo creado por el artista tapatío Hermes Díaz Serrano, un mundo donde los límites no tienen lugar. Un mundo propio donde no hay reglas ni barreras, un mundo de ensueño.
Hermes Díaz vio la luz por vez primera el 19 de septiembre de 1985, en Guadalajara, Jalisco, México, y desde su niñez ha cultivado la práctica de las artes plásticas.
En 2008 egresó de la Universidad de Guadalajara, precisamente del Centro de Arte, Arquitectura y Diseño. Desde entonces ha logrado plasmar su particular estilo y sus sueños dentro de cuadros en los que se representa a sí mismo rodeado de situaciones fuera de lo normal y al mismo tiempo con elementos tan comunes que al observar sus pinturas resulta familiar sentirse asombrado y cómodo, provocando la reflexión acerca de cómo sería ver lo común como algo maravilloso.
Los elementos naturales son primordiales en su obra, no hay cuadro en el cual no se encuentre representado un elemento natural, ya sea con un color o un detalle que le simbolice, siendo el elemento más representativo el agua. Parte fundamental de su obra, y considerando algunos de los significados más profundos de este elemento, como lo son la profundidad y la eternidad, como lo demuestran sus primeras exposiciones en la misma Universidad de Guadalajara en 2007 y en la Galería del Centro Joyero.
La base del quehacer artístico de este creador tapatío ciertamente es la profundidad, la atención a los detalles, ya sea la luz y las sombras o las transparencias y la combinación de colores, a través de contrastes y tonalidades en los que el mundo se detiene en una imagen que representa la infinitud. Nubes viajando a través de los cuadros, papalotes y globos en busca de la libertad.
El surrealismo en su obra no es casualidad, siendo este movimiento el que más admira y aclama, la influencia no solo es artística, sino también en la forma de crear, el retratar los sueños y sentimientos sin filtro, el tener que continuar pintando sin saber cuál es el producto final, hasta sentirlo y saber que está listo, la emoción de los momentos, el dominio de la técnica para crear y la emoción para transmitir y compartir con otros artistas mediante los talleres de escultura como el del artista plástico Malo en el 2005, o el taller de grabado de técnicas mixtas del Centro Cultural Cabañas en 2007, pasando por el taller aprendizaje de la pintura junto con Luis Buendía.
El amor hacia la naturaleza le ha dado a este joven artista la habilidad de apreciar el material y hacer uso de este con ese olfato creativo con el que se les ha dotado a los artistas, talento que sabe explotar en cada pedazo de madera o lámina donde resalta a través de pinturas acrílicas, pasteles u óleos, esas pinturas que nos parecieran tan familiares como un sueño, ese reciclar no viene sin una experimentación que ha sabido recrear hasta dominar los materiales que le permitieran seguir creando, desarrollando nuevos proyectos e ideas. Sueños entre sueños que nunca terminan. Premiados algunos de ellos, como en el concurso “Día de muertos”, de la UNIVER en 2004, o el premio al Talento Universitario en el marco del “Encuentro Estatal de Jóvenes Creadores en la Pintura” de 2006.
Cuando amas lo que haces, lo haces con dedicación, y crear es dar vida, son mundos y circunstancias, imágenes e historias. Dedicarse al mundo del arte es lo más humano en un mundo material, donde las historias son lo de menos, y las imágenes no dicen nada, el surrealismo es vida, y teniendo eso en mente tal vez comprendamos por qué las obras de Hermes Díaz están llenas de este, y por qué no deja de crear, trabajando actualmente en varios proyectos, como la serie; “Mujeres en vuelo de mariposas”, el “Baratillo al óleo y al acrílico”, las “Esculturas de Masetas Bonsay eras”, “Sueños compartidos” y la “Galería vivero pictórico viviente”.
Con sus pinturas, Hermes Díaz no solo busca recrear, sino darle un nuevo sentido a nuestro entorno, la individual interpretación del mundo que nos rodea, el cómo será, cómo fue o cómo podría ser. Un mundo lleno de vida, donde lo simple no solo se vuelve importante, es primordial, un mundo soñado dentro de un mundo lleno de caos.
Seguir soñando hasta lograrlo, soñar hasta que todo el mundo lo pueda ver.
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Hermes Díaz ha obtenido los siguientes premios: 2001, primer lugar “Por un bosque mejor”, Colonos de Guadalupe; 2004, primer lugar en el concurso “Día de muertos”, Preparatoria UNIVER; 2006, premio al Talento Universitario en el marco del Encuentro Estatal de Jóvenes Creadores en la Pintura; 2005, segundo lugar concurso UNIVA “Ponle vida al libro”.
Ha participado en las siguientes exposiciones individuales: 2006, “Cincos elementos en espacio y tiempo”, en la agencia de publicidad “Proyecto Unruly”; 2010 en la empresa Wailukus; Galería Sara Rizo; Centro Cultural El Preludio; Galería Casa Agua; 2012, exposición “Tal vez”, UVM Campus Guadalajara, todas en Guadalajara, Jalisco, México. Su obra también ha sido expuesta en muestras colectivas en la Galería del Centro Joyero, en el Instituto Cabañas y en la Cámara Nacional de las Artes / Recolecta Art Gallery em Ajijic, Jalisco.
Correo electrónico: hermesdiaz19@gmail.com